Tercer Informe de Salomón Jara en Oaxaca: Un balance entre logros anunciados y señalamientos persistentes
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- 14 dic
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Oaxaca de Juárez, Oax. 14 de diciembre de 2025. En un auditorio Guelaguetza repleto, el gobernador Salomón Jara Cruz presentó ante más de 12 mil personas su Tercer Informe de Gobierno bajo el lema de la "Primavera Oaxaqueña". El mandatario estatal, flanqueado por su esposa Irma Bolaños Quijano, presidenta honoraria del DIF estatal, y varios gobernadores aliados, enumeró una extensa lista de inversiones y programas sociales, pintando un panorama de transformación y bienestar. Sin embargo, tras el discurso oficial y las cifras millonarias, persisten señalamientos fundados sobre deficiencias críticas en servicios públicos, opacidad y prácticas de nepotismo que contrastan con la narrativa gubernamental.
Las cifras del oficialismo: inversión histórica y seguridadJara Cruz destacó una inversión sin precedentes de 28 mil millones de pesos en obra pública y programas sociales durante su trienio. Afirmó que, con casi 6 mil obras y programas como "Caminos Bienestar", se está cimentando el desarrollo en las ocho regiones. En seguridad, presentó como logro central una reducción del 23% en la incidencia delictiva, lo que sitúa a Oaxaca como el "quinto estado más seguro del país", y una disminución del 80% en bloqueos carreteros. También resaltó la construcción del Centro C5i y la conciliación de conflictos agrarios históricos.
En el ámbito social, el gobierno asegura haber sacado de la pobreza a 280 mil personas y de la pobreza extrema a 165 mil, gracias a sus ocho programas de bienestar que alcanzan a más de 2 millones de oaxaqueños. En salud, anunció una inversión histórica de 2,200 millones de pesos y la construcción de hospitales como el de la Mujer y Niñez Oaxaqueña.
La otra cara de la moneda: señalamientos de ineficiencia y descontento
Pese a este relato de progreso, una mirada crítica y periodística revela un desfase significativo entre los anuncios y la percepción ciudadana en rubros clave:
Salud Pública: Aunque se inauguran hospitales, reportes de medios locales y quejas ciudadanas frecuentes denuncian desabasto crónico de medicamentos, equipos insuficientes y saturación en unidades médicas. La promesa del 80% de abasto en medicinas, atribuida al gobierno federal, es cuestionada en terreno por pacientes y personal médico que aseguran no ver materializada esa cifra en la atención diaria.
Infraestructura y Vialidad: El programa "Tache al Bache" y las grandes obras carreteras se promocionan a gran escala. No obstante, usuarios y asociaciones de transporte señalan que el deterioro vial en las ciudades principales, como la capital oaxaqueña, sigue siendo grave y la rehabilitación es lenta y fragmentada. La conectividad en muchas regiones sigue siendo precaria, afectando la economía local.
Seguridad: La estadística oficial de reducción del delito choca con la sensación de inseguridad en colonias de varias ciudades y el repunte de delitos de alto impacto en algunas regiones, como la violencia en el Istmo de Tehuantepec. La disminución de bloqueos es un avance, pero organizaciones sociales advierten que responde más a una política de negociación que a una solución estructural de las demandas.
Nepotismo y Opacidad: Uno de los señalamientos más graves hacia la administración de Jara Cruz es la presencia de familiares en puestos clave y en la nómina estatal. Su esposa, Irma Bolaños, no solo preside el DIF (una figura común pero criticada), sino que su hermano, Marath Baruch Bolaños López, es secretario del Trabajo a nivel federal, así como una decena de familiares directos y políticos distribuidos en cargos que van desde la seguridad pública, el Congreso del Estado, y el partido morena. Este patrón de designaciones familiares ha generado cuestionamientos sobre el rigor en los procesos de selección y el uso de recursos públicos, opacando el discurso de "austeridad" y "primero los pobres".
Un balance en disputaEl informe de Salomón Jara Cruz es, en esencia, un documento político que proyecta los éxitos de su "Primavera Oaxaqueña". Las cifras macroeconómicas de crecimiento del PIB y la inversión privada récord presentan un atractivo para los mercados. Sin embargo, la transformación prometida parece ser selectiva y no logra tapar del todo las grietas en los servicios básicos que afectan la vida cotidiana de los oaxaqueños.
Mientras el gobierno celebra una "inversión histórica", una parte significativa de la ciudadanía experimenta deficiencias históricas no resueltas en hospitales, calles y seguridad. Además, las sombras del nepotismo plantean dudas sobre la profundidad real del "cambio de mentalidad" proclamado. El verdadero legado de este gobierno no se medirá solo por las obras inauguradas en medio de fanfarria, sino por su capacidad—aún en entredicho—para erradicar prácticas del pasado y garantizar servicios eficientes y transparentes para todos.
Los próximos dos años podrían ser cruciales para determinar si los logros anunciados logran consolidarse o si los señalamientos de ineficiencia, nepotismo y favoritismo terminan por definir su administración.











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